Sabemos que la pandemia por coronavirus ha sido el auge de diversas crisis que han afectado a diversos sectores sino que ha dado un gran golpe a la industria periodística. Ante esto, el rol del periodismo frente a la desinformación es primordial.
¿Qué es la desinformación?
Es toda información falsa, sesgada o errónea que se da, generalmente de manera intencionada, con la finalidad de engendrar corrientes de opiniones determinadas.
Hablamos de una forma de manipulación que busca confundir al ciudadano e implantarle ideologías acorde a intereses particulares. Intereses que van desde el descrédito y la calumnia hasta la creación de contenidos falsos con fines de lucro.
Esta es una realidad que siempre ha existido y que, actualmente, ha incrementado por la capacidad de propagación de información falsa en redes sociales.
Por ello, es responsabilidad del periodista proporcionar información de calidad y verificable, a partir de fuentes oficiales, documentos fiables y una investigación de por medio.
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¿Cómo hacer un periodismo de calidad?
Ante esta situación, el rol del periodista es evitar el incremento de las tan conocidas fake news y la confusión que estas generan.
Para ello, deben tener un ojo crítico sobre los datos y noticias que reciben constantemente, verificando la información, su origen, fuentes y su contexto.
Juan Samaniego en su artículo «TinyEye, Botometer y otras herramientas para convertirte en un ‘fact checker« señala 8 claves que se deben tener en cuenta al momento de verificar una información.
- Investigar la fuente, ello implica constatar su origen y el responsable de la información.
- No quedarse estancado en el titular. Hay que leer toda la información y descartar cualquier titular sensacionalista.
- Verificar si la información está firmada por el autor, pues está persona será la responsable de lo que publica.
- Toda información o noticia de calidad debe incluir los enlaces a las fuentes de donde se ha extraído los datos.
- Hay que cerciorarse de la fecha de publicación original para no caer en las noticias viejas sacadas de contexto.
- Descartar las páginas de humor, porque sus publicaciones no suelen ser ciertas.
- Controlar los sesgos, o aquellas informaciones que confirmen nuestro punto de visto, pues ello puede atentar con el principio de la objetividad.
- Siempre es mejor acudir a los expertos para descartar las dudas.
Todo lo anteriormente expuesto, es lo que debe seguir y, en parte, tener en cuenta el periodista al momento de producir una noticia de calidad.
Como periodistas siempre debemos buscar la verdad, investigar, consultar para proporcionar una información fidedigna.
De este modo, evitaremos que la sociedad se convierta en blanco de manipulación y una población sumisa a las corrientes de opinión interesadas.