Las empresas cuentan cada vez más con una mayor variedad de altavoces y plataformas que permiten llegar a un público diverso con la ayuda de sus propios canales sin tener que pasar por los medios de comunicación. Sin embargo, la información publicada por los medios sobre la empresa sigue teniendo un impacto decisivo en su reputación. Para controlar la imagen, deben seguir teniendo una relación de confianza con los periodistas y saber transmitir adecuadamente los mensajes.
Es por eso, que quienes son los representantes de la compañía en este caso, los directivos deben aprender a liderar la comunicación en los casos de crisis o no, ya sea en lanzamiento de productos o complejas operaciones financieras, entre otros.
Estos son algunos de los consejos que han ayudado a mejorar el desempeño de estos altos ejecutivos como portavoces creíbles:
Asumir el trabajo de portavoz como propio
El trabajo de portavoz no siempre debe caer en el departamento de Comunicación, sino también en otros directos o primeros ejecutivos quienes tienen la potestad de representar a la compañía.
Repetir el mensaje
Debemos tener claro el objetivo de un encuentro con los medios o un periodista, bien sea en una entrevista o un off the record. En ambos casos, la repetición será siempre nuestra aliada: al fin y al cabo, el ser humano aprende por repetición y estamos programados para recordar lo que hemos oído varias veces.
Abordar de manera directiva las preguntas
Puede parecer una obviedad pero a menudo nos encontramos con dificultades para responder preguntas que no queremos que nos hagan. El periodista verá con buenos ojos que no la evitemos, que seamos francos e incluso le expliquemos por qué no podemos responder a una pregunta concreta.
Conversar, mejor que responder
Se pueden entender las entrevistas como un interrogatorio pero por qué no abordarlas como una conversación. Si las entendemos de esta ultima forma será más fácil abordarlas y conducirlas a lo que realmente queremos transmitir.
Concretar con ejemplos
Cuanto más gráfico y explicativo sea el mensaje, más fácil será que lo recuerde el periodista. Si bien las cifras y las metáforas ayudan a conseguir este objetivo, no es conveniente abrumar, sino utilizarlas de manera selectiva en lo que queremos destacar.
Fuente: Estudio de Comunicación España